El mastocitoma cutáneo canino es uno de los tumores cutáneos más frecuentes en perros (alrededor de un 20%). Suelen presentarse en perros de alrededor de 9 años (aunque también en jóvenes) y no parece que haya predilección se sexo. En este post queremos ayudarte a enfrentarte a estos casos realizando un correcto enfoque.
Cualquier raza puede padecer este tipo de neoplasias, pero algunas están más predispuestas como el Bóxer, Retriever, Pitbull, Boston Terrier o Sarpei.
La forma de estos tumores es muy variable. Tanto en su presentación cutánea como subcutánea pueden aparecer como nódulos de diferentes tamaños, alopécicos o no, con prurito, ulceración, edema, presencia de nódulos satélites,… Algunos subcutáneos tienen una apariencia muy similar a los lipomas, hay que tener cuidado.
El tamaño de los nódulos puede influir en el pronóstico, ya que los de mayor tamaño (mayores de 3cm) suelen tener mayor tendencia a la metástasis. Otros factores que también pueden influir en el pronóstico pueden ser el tiempo que lleva en el animal, las variaciones de tamaño, la velocidad de crecimiento (a mayor velocidad peor pronóstico)…
Bueno, pues vamos al meollo del asunto. Una vez detectemos un nódulo compatible con un posible mastocitoma, lo primero que hay que realizar es una citología para tener un primer diagnóstico. La citología ha demostrado tener una buena correlación con la histología para predecir el grado de malignidad, por lo que no sólo nos aporta el diagnóstico, sino que nos ayuda a tomar decisiones sobre el estadiaje (Si quieres saber cómo tomar buenas citologías, puedes consultar nuestro post https://www.citopet.com/6-errores-en-citologias/
En casos de mastocitomas muy indiferenciados en los que no haya gránulos citoplasmáticos, el diagnótico citológico puede no ser concluyente, pero la presencia de otras células como eosinófilos o fibroblastos en presencia de células redondas, puede ayudarnos.
El mastocitoma puede venir acompañado de síndromes paraneoplásicos locales (edema, ulceración,…), síntomas gastrointestinales, anemia,… Que tendremos que tratar adecuadamente al mismo tiempo que realizamos todos nuestros protocolos.
Ya sabemos que se trata de un mastocitoma, antes de extirparlo, hay que hacer estadiaje para poder hacer un buen abordaje del caso.
Lo primero que tenemos que saber es cuál es el linfonodo al que drena esa zona (hay mapas de drenaje linfático en perros que se pueden ver en internet y son muy útiles para estos casos) https://meeting.aaps1921.org/abstracts/2012/images/g173_1.jpg. Estos linfonodos a veces son superficiales y los podemos palpar, pero en ocasiones está en localizaciones más profundas o en cavidad abdominal, para lo que es necesario evaluarlos mediante ecografía.
Deberíamos realizar citología de estos ganglios para evaluar si existe metástasis ganglionar.
Los mastocitomas que metastatizan a distancia lo realizan con mayor frecuencia a bazo e hígado (aunque también a otras localizaciones como el SNC, pero mucho menos frecuente), por lo que lo ideal es realizar a estos pacientes ecografía abdominal y, si es posible, PAF ecoguiada de hígado y bazo para evaluación citológica (En este punto hay controversia entre diferentes especialistas sobre si hacerlo siempre o sólo cuando hay lesiones, pero hay que tener en cuenta que no siempre hay lesiones macróscópicas cuando tenemos una infiltración del hígado o el bazo por mastocitos).
Ya hemos diagnosticado nuestro mastocitoma, tenemos un grado de malignidad aproximado por citología, sabemos si tiene metástasis ganglionar o a distancia y hemos tratado los síntomas asociados o está en tratamiento con antihistamínicos para prevenirlos. Ahora nos toca decidir qué hacer: la cirugía con márgenes ha de ser siempre nuestra primera opción cuando no tengamos metástasis ganglionar (en algunos casos se puede plantear la extirpación también del ganglio) o a distancia. La cirugía bien planificada es la terapia que otorga, en la mayoría de las ocasiones, mayor tiempo de supervivencia:
Por eso es muy importante ser ordenado, porque la cirugía tiene que tener unos márgenes adecuados, no queremos que el patólogo nos diga que los márgenes quirúrgicos tienen células tumorales (Actualmente el consenso es que los márgenes quirúrgicos han de ser proporcionales al tamaño del tumor, tanto en planos laterales como en profundos).
En caso de que a pesar de que hayamos hecho todo correctamente, pero en el resultado de la biopsia nos digan que los márgenes no son seguros o el mastocitoma sea de alto grado de malignidad, se necesitará quimioterapia adyuvante.
Cuando encontremos metástasis en el momento del diagnóstico o se trate de tumores no operables, entonces necesitamos tratamientos paliativos con quimioterapia, aunque novedosos tratamientos como el tratamiento inyectable Stelfonta® de Virbac nos pueden ayudar.
Como hemos visto tenemos un montón de características distintas en cada caso, por eso es muy importante ser ordenado, hacer un buen protocolo diagnóstico y una vez hayamos evaluado el tipo de mastocitoma, la presencia de metástasis, los diferentes factores pronóstico, el tratamiento de signos pareneoplásicos si los hubiera y el resultado de la cirugía, en caso de que sea posible, entonces deberemos decidir si necesita quimioterapia o no y cuál es la más adecuada para cada caso individual.
Fuentes:
“Withrow and MacEwen’s Small Animal Clinical Oncology”5th edition
“European consensus document on mast cell tumours in dogs and cats” Veterinary and Compative Oncology